¿MENSAJES DE TEXTO?, ¡LOS DE ANTES!
¡QUÉ MENSAJES DE TEXTO, NI QUÉ OCHO CUARTOS! LAS TARJETAS POSTALES DE INICIOS DEL SIGLO XX, ¡ESAS SÍ ERAN COMUNICACIONES!
ESCRIBE: LEOPOLDO LITUMA AGÜERO
ES CONOCIDA LA VISIÓN EUROPEIZANTE del limeño de fines del siglo XIX, que perduró hasta las primeras décadas del siglo XX. Esa admiración por el viejo mundo -e ignorancia de lo vernacular- motivaron la conocida sentencia del historiador norteamericano George Squier: “En Lima son menos los que conocen Cuzco que Berlín; por cada capitalino que ha visitado Cuzco, cien han visitado París” (1).
Es en estos viajes a Europa, que las damas de la aristocracia peruana deben haber visto la moda imperante en las grandes capitales de la época, como París o Roma: los suntuosos vestidos y sombreros, las joyas y los accesorios, así como la vajilla y los adornos de biscuit y murano. Pero entre los objetos pintorescos y de menor valor, las populares postales románticas, de esas que se exhibían en los exteriores de las tiendas de recuerdos.
Las postales con motivos románticos aparecieron en Europa a fines del siglo XIX y perduraron hasta la década del treinta, siendo los años veinte donde se encuentra las mayor cantidad de ejemplares. El posterior invento de la película a color (2) y la segunda guerra mundial, sangrienta y horrenda, acabaron para siempre con este estilo singular de retratos, que mostraban un mundo idílico y transparentaban la complacencia con la vida.
Las fotografías de damas en la plenitud de su beldad constituyen la mayoría de motivos; pero la familia, el amor a los hijos, las parejas de enamorados y la despedida del soldado junto a su novia, también eran usuales. Cualquiera sea el caso, los protagonistas de las tarjetas postales tenían algunos denominadores comunes: la belleza occidental, la felicidad, la idealización del amor, en fin, la evocación idealizada de la vida. Ya se trate de niños, mujeres solas o parejas, invariablemente la mirada ensoñadora está presente en los rostros de los personajes.
Otra de sus característica es el retoque de color, generalmente en tonos pastel: celeste, verde limón, rosa y turquesa, los más comúnmente usados.
Las parejas de esposos o enamorados eran otros de los tópicos de las postales románticas. En una de ellas (ver foto arriba) podemos apreciar la escena de una joven leyéndole un libro a su pareja, un apuesto muchacho de bigotito y peinado libro abierto. La vestimenta de ambos, así como los muebles, dan cuenta de la moda de la época, y el telón de fondo agrega dramatismo y fuerza representativa. Esta postal tiene, además, un texto en francés que refuerza el poder romántico de la imagen, el cual le dice: «Vous entendre… plaisir bien tendre» (Escucharte… es un placer tan tierno).
Como se ve, los retratos eran de estudio, es decir, realizados en ambientes especialmente acondicionados para las tomas fotográficas. Según se aprecia en algunas postales, en una misma sesión se realizaban sucesivas tomas a las modelos, con muy ligeras variaciones entre una y otra. La aplicación posterior de retoque fotográfico,como por ejemplo, diferentes tonos de color al mismo vestido, servía para brindar la ilusión de variedad y una temporalidad distinta (ver fotos arriba).
La mayoría de los estudios que se dedicaba a producir tarjetas postales estaban establecidos en Francia e Italia, pero también había en Alemania y España; en algunas postales de este último país, vemos que se añadieron, a manera de retoque fotográfico, pequeños bordados o estampados, lo cual acentuaba el realismo de los trajes o adornos que lucían las damas retratadas.
Aunque se trataban de verdaderas tarjetas postales, pues en el reverso tenían el formato de envío postal, con espacio para la dirección y la estampilla de correo, el uso popular fue otro. En no pocos casos las tarjetas acompañaban un presente, se entregaban a mano o se hacían llegar por intermedio de terceras personas.
Otra particularidad es que la gran mayoría de postales, al menos las que hemos encontrado nosotros, son escritas por mujeres y remitidas a otras mujeres. El estilo de redacción nos permite adentrarnos un poco en la sensibilidad y el espíritu de las mujeres de la sociedad peruana de inicios del siglo XX.
Disculpándonos de antemano por esta suerte de voyerismo documental, en la postal «¿Por qué tardas?» (ver arriba) leemos al dorso: «Señorita Mercedes Yuli: No pudiendo hacerlo personalmente, te envío a la portadora para que te salude en este gran día, deseando que la dicha y la felicidad sean tus inseparables compañeras y que jamás la sombra del dolor nuble tu angelical rostro. Angélica Landa. Jauja, febrero 2 de 1919″
Nuestra curiosidad por el tema nos ha permitido contar con una pequeña colección de postales. Las hemos encontrado en Lima, Buenos Aires y México. Y en la búsqueda de nuevos ejemplares encontramos, hace un tiempo, una joya histórica. Se trata de una tarjeta postal remitida desde Trujillo, en setiembre 7 de 1911, a una señorita llamada María Caridad Agüero B., con domicilio en Lima.
¿Sus apellidos? Larco Ferrari; nada menos que la madre de nuestra querida Isabel, ‘Chabuca’, Granda. Su firma completa se aprecia a simple vista en portada de la postal (ver foto arriba).
Más allá de la manufactura y motivos foráneos, estas bellas tarjetas postales también son parte de nuestra historia, en tanto fueron consumidas e intervenidas por peruanas (más que peruanos); y en las tres primeras décadas del siglo XX, cuando nuestras damas todavía estaban relegadas del acontecer nacional (3), el intercambio de estas láminas pareciera haber sido una de sus actividades preferidas. ■
[1] George Squier, 1877. Perú: Incidents of travel and exploration in the land of the Incas.
[2] La primera película a color para fotografías fue la Kodachrome comercializada a partir de 1935.
[3] El derecho al voto para la mujer letrada en el Perú recién se obtuvo en 1955.





