El Equipo de arqueología de Lima encuentra una valiosa macuquina en el antiguo hospital real de San Andrés.
Escribe: Ernesto Olazo R./Equipo de arqueología de Lima
La fundación de la Ciudad de los Reyes en el valle del río Rímac trajo consigo una serie de modificaciones en distintos niveles. El modo de pensar, de organizar el territorio, de construir y, en suma, de vivir, cambió progresiva y radicalmente. Precisamente, uno de los aspectos más sensibles, fue el del comercio. Las sociedades prehispánicas estaban diseñadas en base a un sistema económico muy distinto al europeo, donde primaban los trueques, la redistribución y lo que hoy se conoce como “monedas de tierra”, que eran productos referenciales para la tasación de intercambios, como la hoja de coca, por ejemplo.
Sin embargo, esto no era compatible con la forma en la que los hispanos concebían el comercio; por ello, el sistema metálico empezó a imponerse con fuerza. En un primer momento, con las llamadas “monedas de cuenta”, que no eran más que medidas ideales con las que se pesaba el oro y la plata. Así, una barra o marco de estos metales, que pesaba alrededor de un cuarto de kilo, se subdividía según la necesidad de lo que se iba a adquirir o pagar, teniendo como base una escala de pesos; desde el castellano de oro hasta el maravedí de cobre.
Esta forma provisional de realizar transacciones duró aproximadamente tres décadas, hasta que, en 1565, siendo Virrey Cristóbal Lope García de Castro, por Real Cédula de Felipe II, se fundó la Casa de la Moneda del Virreinato del Perú, iniciando sus actividades recién en 1569. Se tenía permitido acuñar solamente monedas de plata, siendo las de oro exclusividad de la península; hecho que cambió en 1659. Las monedas acuñadas se llamaron macuquinas, posiblemente derivación del vocablo quechua makkaiquna que significa “las golpeadas”; por la manera en que se fabricaban, toscamente en forma manual y a golpes de martillo. De ahí la forma irregular que las caracteriza.
Tras cerrar temporalmente, la Casa de la Moneda reabre en 1577. El ensayador, es decir la persona encargada de verificar y oficiar la finura o ley de los metales, fue en ese período Diego de la Torre, por eso su inicial (“D”) aparece en las macuquinas acuñadas.
EL HALLAZGO EN SAN ANDRÉS
Justamente, un reciente hallazgo arqueológico en el Antiguo Hospital Real de San Andrés, data de esa época. Se trata de una muy interesante moneda macuquina de 1 real de plata; la primera moneda del siglo de fundación de la ciudad, encontrada en estos casi tres años de trabajo del Equipo de Arqueología de Lima en el Centro Histórico de Lima. Una verdadera joya numismática en excelente estado de conservación.
Presenta en el anverso (o cara) el Escudo de Dominios de Felipe II, en el cual se simbolizan los 11 reinos adscritos a la Corona. Hacia la izquierda se observa la “P” de Perú, encima de la “D” del ensayador. Hacia la derecha, la estrella de la Ciudad de los Reyes sobre el número uno en romanos, referencia al valor de la pieza. Todo esto circunscrito en la leyenda Philippus dei gratia hispaniarum, que culmina en el reverso (o sello) con et indiarvm rex; lo cual, en conjunto, significa: “Felipe II por gracia de Dios, Rey de España y de las Indias”. El reverso en su sección central cuenta con un escudo cuartelado representando las torres y leones del reino de Castilla y León, dentro de una orla de ocho lóbulos, que se asemeja a la planta de la pileta de la Plaza de Armas.
Más allá del ámbito arqueológico, esta moneda, especialmente por el estado en el que se encuentra, es de por sí sumamente rara y destaca entre las más de doscientas monedas encontradas por el Equipo de Arqueología de Lima en el Centro Histórico, las cuales se encuentran en proceso de ser estudiadas. Hasta el momento, vemos que una cuarta parte de la muestra es del siglo XIX, siendo la más antigua de ese grupo una moneda de 1804 (Carlos IV). Resaltan también en este período las monedas provisionales acuñadas durante la Guerra del Pacífico, durante tiempos de escasez de plata. Luego, la gran mayoría de monedas que hemos recuperado son del siglo XX. No contamos con ejemplares de los siglos XVIII y XVII.
Este hallazgo se suma a otros interesantes descubrimientos que hemos realizado en el Antiguo Hospital Real de San Andrés, como el cementerio previamente difundido (El Pregonero, mayo 2022), donde se encontró medio centenar de cuerpos humanos, una cripta funeraria, y algunos objetos de metal, como cruces y medallas.
La investigación arqueológica en este importante inmueble, continúa aportando datos al conocimiento de la Lima antigua y también a la formulación del futuro proyecto de puesta en valor del monumento; el cual permitirá desarrollar dinámicas culturales con la comunidad del Centro Histórico de Lima.