Jorge Frisancho disecciona el poema Casa, de Xavier Echarri, incluido en el libro El ciervo en la carretera y otros poemas, 1996-2017 (Borrador Editores).
El sábado 22 de julio los escritores Violeta Barrientos, Luis Fernando Chueca y Jorge Frisancho presentaron, en la Feria Internacional del Libro de Lima 2023, el poemario El Ciervo en la Carretera y otros poemas, 1996-2017 (Borrador Editores), de Xavier Echarri. Uno de los más apreciables poetas que se dieron a conocer, siendo estudiantes universitarios, a inicios de la década de 1990.
Tomando como punto de partida el poema Casa, Jorge Frisancho enumeró algunas características singulares de la poesía de Echarri, que a continuación recopilamos:
En el poema Casa, Xavier Echarri se pregunta sobre la naturaleza de la poesía y ofrece como respuesta una formulación ideológica sustentada en la concepción romántica de dicha manifestación artística; a saber, que la poesía es un ente autónomo, no es algo que “hacemos”, sino algo que sucede.
***
Como en casi todos los textos del libro, este poema está construido como un juego de palabras, o como palabras que juegan. En efecto, la de Echarri no es una poesía que llora, o que se queja; es, más bien, una poesía marcada por un profundo sentido del humor. Como decía Luis Loayza de Abraham Valdelomar: en una tradición literaria de hombres tristes, la sonrisa es una virtud que se reconoce de inmediato.
***
Otra característica presente en el poema Casa, y en la poesía de Xavier Echarri en general, es que se construye a base de un lenguaje que permanece en el borde de la polisemia, que siempre está a punto de significar algo distinto. Esto podría dar como resultado un texto indecidible, en tanto que no habría certeza detrás de las palabras. No obstante, los poemas de Echarri son claros, no se sumergen en la opacidad ni tienden a la abstracción.
***
No se trata, pues, de un lenguaje privado y confidencial, sino de uno público y compartido. Y es que —aquí otra característica del autor— sus palabras nunca dejan de significar. En efecto, el de Echarri es un lenguaje que no se abandona a la mera sintaxis (como es el caso de tanta poesía contemporánea peruana), sino que siempre tiene presente que su naturaleza es semántica.
***
En ese contexto, nos hallamos frente a una poesía cuyas variadas y numerosas imágenes hablan, dicen cosas. Una poesía cuyo empeño, en última instancia, no es solo habitar el lenguaje, sino también el mundo. Su vocación genuina es ser parte de la experiencia, abrazarla en lugar de eludirla, y de este modo, fundirse con ella. ■

CASA
(Los castores viven bajo tierra
construyendo casas que nunca habitarán)
El arte, la poesía, es una casa.
No un discurso sobre la experiencia.
Es una cosa que pasa y nadie puede controlar.
Ni tótem, ni tabú
La poesía pasa desplazándose entre
los pliegues
de la frente de un loco
—hachazo Hefaistos—
Y todos lo dicen pero no entendemos.
Porque, ¿qué es Medusa sino una musa
que tiene los intestinos en la cabeza?
Como una fetichización de la iconoclastia,
Jason Straciatella afilaba el piano,
con el ensimismamiento de los satélites desorbitados.
Como si hiciera una misa en masa,
sobre una mesa,
con una moza musa.
Como un huaco en una huaca hueca.
Un cau cau de muy muy y tacu tacu.
Porque, César,
Si un hombre pasa con el pan bajo el brazo…
¿Es que no le dieron bolsa en la panadería?
Un carnicero vegetariano,
la croce de la mia vita,
el vello que crece en el bobo,
esas cosas que nadie dijo nunca:
El color del sol,
La salamandra que
sacando la lengua
atraviesa tu cráneo de oreja a oreja.
Así es la poesía.
Un bocatto di cardinale.
—Y… dígame, ¿carpaccio o prosciutto?
—Mejor olluquito con charqui.
Xavier Echarri (Lima, 1966), El ciervo en la carretera y otros poemas, 1996-2017. Borrador Editores, 2023.
