La novela de la locura nazi en Latinoamérica
ESCRIBE: FERNANDO AGUIRRE PÉREZ (*)
GEORGE W. BENNETT, ESTADOUNIDENSE, JOVEN, cineasta, cautivador y enigmático asesina en Lima al padre de Ariadna Enzensberger, también joven, limeña, estudiante de literatura, aficionada al cine, la chica que pretende. El crimen nos es atroz, inopinado, cruel: el indefenso anciano y profesor de historia del arte, emigrado austriaco, fue sometido a una tortura que lo ha asesinado lentamente a lo largo de sesenta y cinco días. Son los inicios de los ochenta. Sin embargo, esa realidad es solo la superficie doméstica de una verdad mucho más horrorosa y siniestra.
Vivir abajo nos muestra que la locura de George es hija de otra aún más ominosa. Para darle algún sentido a su venganza de hijo atormentado en casa, George persigue la locura de su padre, el coronel George S. Bennett, miembro de la CIA y torturador, por Paraguay, Argentina, Chile, Perú y Bolivia, cuando descubre que su progenitor es un monstruo. Siguiéndolo por sótanos de tortura, manicomios y campos de concentración, descubrimos que esa enajenación personal e íntima es la que ha engendrado los regímenes de Stroessner, Videla, Pinochet y sus miles de muertos de manos de artistas frustrados como Hitler o Goebbels, y devenidos como estos en asesinos.

No obstante, hay mucho más debajo, porque siguiendo el rastro de George (que a su vez, sabemos rastrea el de su padre), el narrador –también profesor universitario y especialista en cine-, casi cuarenta años después, llega a desvelar no solo por qué George se convirtió en un asesino enfermo, sino cuál es el verdadero rostro de las dictaduras de la región. La monstruosidad de estas no radica en su mero totalitarismo ni en el sangriento número de sus torturados, violados, asesinados y desaparecidos. Estriba en que sus actos responden a planes psicópatas diseñados y llevados a cabo por desquiciados como el padre de George y sus colegas Patricio Herskowitz, Rainer Enzensberger (Erich Schiller), o Klaus Barbie, quienes han tratado de que su ejecutoria sea literalmente una obra de arte.
«La monstruosidad de las dictaduras de la región no radica en su mero totalitarismo, ni en el sangriento número de sus torturados, violados, asesinados y desaparecidos. Estriba en que sus actos responden a planes psicópatas diseñados y llevados a cabo por desquiciados»
Se trata de cultores de la estética del asesinato movidos irrefrenablemente por la poesía de Robert Frost, la música barroca y mayestática de Telemann, el cuadro La extracción de la piedra de la locura de El Bosco, y un sinfín de películas y narraciones literarias que se multiplican y conectan de modo frenético a cada paso que da el narrador-detective. (Estamos ante una novela cuyo lenguaje es una máquina multiplicadora de relatos). La maestría de la narración impele al lector a participar de una pesquisa que es mucho más intelectual que policiaca, ardua a la vez que atrapante. Las evidencias criminales son cuerpos mutilados, violaciones, desquiciamientos tanto como documentales, novelas de sus protagonistas y referencias bibliográficas ciertas y apócrifas. La retribución es a la vez inquietante y terrible: las dictaduras instauran una lógica del horror ante la que vengarse, como George, solo ratifica su imperio. La sociedad entre El asesinato considerado como una de las bellas artes de Sir Thomas de Quincey y Mi lucha parece invencible.
Ante ese panorama de pesadilla, Vivir abajo nos plantea con enorme originalidad, erudición y fuerza expresiva que conjurarlo es posible al revelar la historia nazi de Latinoamérica, en la que siniestramente se hermanan Auschwitz y Andamarca, poetas nazis reales o imaginarios y asesinos artistas con nombres falsos, bajo la forma de una historia privada de las naciones, aquella que se escondía abajo. Reivindica así el poder de la literatura para despertarnos de las peores pesadillas de la historia humana. Con esta obra, Gustavo Faverón inaugura una nueva genealogía para la novela peruana al entroncarla con la novela gótica anglosajona (Walpole, Beckford, Hawthorne), y la tradición borgesiana de Ricardo Piglia y Roberto Bolaño
(*) FERNANDO AGUIRRE PÉREZ: DOCTOR EN LITERATURA, DOCENTE EN UNIVERSIDADES DE PERÚ Y ESTADOS UNIDOS. SE GRADUÓ DE PH.D. EN CORNELL UNIVERSITY Y ES MASTER POR LA UNIVERSIDAD DE MASSACHUSETTS AMHERST. ESTUDIÓ ADEMÁS LA MAESTRÍA EN COMUNICACIONES DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ, DONDE SE GRADUÓ DE BACHILLER EN LINGÜÍSTICA Y LITERATURA. ACTUALMENTE ES PROFESOR DE ESTUDIOS GENERALES-LETRAS DE LA PUCP.
