Primer Foro ‘Mujeres de Cambio’


25 de noviembre: Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra Mujer,

El día viernes 23 de setiembre en la Universidad de Lima se realizó el foro ‘Mujeres de Cambio’, donde se examinó desde las perspectivas Política, Económica y Social la situación de inequidad en que viven las mujeres en el Perú. Las estadísticas de desigualdad de género son más que elocuentes. En el acceso a la política: ninguna mujer fue elegida gobernadora regional de alguna de las 25 regiones en las últimas elecciones. En cuando a las remuneraciones económicas: se da el caso que, habiendo estudiado lo mismo y teniendo similares capacidades, los hombres ganan 30% más que las mujeres.  Y en el aspecto social, la violencia contra la mujer es un tema de nunca acabar: se registran diez feminicidios mensualmente.

Estas alarmantes cifras pertenecen a un impactante documento realizado por ‘Integración’, el instituto de análisis y comunicación de Radio Programas del Perú (RPP), que Frida Delgado Nachtigall, representando a RPP, entregó a Aída Mendieta, Ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.

La desigualdad con respecto a la mujer es la consecuencia de vivir en una sociedad híper machista, como la peruana. Y es un fenómeno que se empiezan a germinar y reproducir desde el ámbito familiar. En ese sentido Hugo Ñopo, economista de la Organización Mundial del Trabajo, puso un dato bien ilustrativo. Y es el siguiente: “Un hogar necesita para ponerse en marcha y funcional bien unas 30 horas de trabajo no remunerado a la semana (limpieza, cuidado de los niños, pagos de servicios, ayuda a los ancianos, etcétera). En el Perú la mujer dedica 26 horas de su tiempo a realizar esas labores del hogar, mientras que el hombre le dedica solo 4 horas. Es decir, antes de cruzar la puerta de casa y salir a trabajar, la mujer se encuentra una situación de desigualdad de oportunidades. Su camino es cuesta arriba”.

Según un informe del Foro Económico Mundial (FEM) de 2017, se reportó una brecha de 58% entre los sexos, lo que significa que las mujeres en todo el mundo reciben salarios que están apenas por encima de la mitad de lo que obtienen los hombres. ¿Cuándo va a cambiar esta situación? Hugo Delgado, director de RPP, se encargó de dar la mala noticia al auditorio, revelando las conclusiones de la investigación del FEM: “las mujeres tendrán que esperar 217 años antes de llegar a ganar lo mismo que los hombres y tener igual representación en el trabajo”.

Sin embargo, como también dijo Delgado Nachtigall hay instituciones, empresas, y hombres y mujeres que parecen no querer esperar esos 217 años para empezar a vivir en una sociedad libre de violencia y con igualdad de oportunidades para todos.

Una de esas mujeres se llama Juana Guzmán y vive en Pucusana, al sur de Lima. Confirmando los números de la Organización Mundial del Trabajo, Juana se dedicaba únicamente a realizar las labores del hogar, mientras su esposo se trabajaba en la pesca, ganando un salario que no alcanzaba para mantener dignamente a los tres hijos que ambos tenían. Juana, consciente de su buena sazón, sabía que tenía una habilidad, se sentía en la capacidad de emprender un negocio y aportar a la economía del hogar, pero se chocaba con la reticencia del marido, que no quería que ella trabaje. Lejos de quedarse en casa lavando y cocinando, Juana se capacitó en finanzas, liderazgo y mercadeo en el programa ‘Destapando mi Emprendimiento’ de Coca-Cola y Arca Continental Lindley, para poder crear y conducir su propio negocio.  Ese fue un paso importante en aras de su propia libertad y de la mejora económica de su familia. Hoy el negocio de la cebichería ‘Aquí me quedo’ va viento en popa, al punto que Juana le da empleo a su esposo, que después de sus faenas en el mar, la ayuda en diversas tareas del negocio. La mujer terminó ganando más que el marido. Si se hubieran puesto de acuerdo desde el principio y hubieran invertido los roles, ella a trabajar fuera de casa y él a las tareas del hogar, tal vez no hubiera pasado las penurias de los primeros años.

Así como esta iniciativa individual, muchas empresas también están trabajando por la equidad de género. De eso trató la intervención de Mía Perdomo, cofundadora de Aequales, una consultora colombiana que ayuda a las empresas a cerrar las brechas de género propias de la organización. Como dice Perdomo, las mujeres se enfrentan día a día a un “techo de cristal”, que es la barrera invisible que les impide escalar dentro y fuera de la organización.

REVISTA EN LIMA (REL): ¿Cuáles son estas barreras?, se le pregunta a Perdomo.

MÍA PERDOMO (MP): Estas barreras son internas y externas. Internas son básicamente todos los estereotipos inconscientes que nos llevan a elegir, sin ninguna explicación lógica, hombres y no mujeres para los puestos de liderazgo. ¡Las habilidades no tienen género!

REL: ¿Y las barreras externas?

MP: Estas son, por ejemplo, las diferencias laborales por género, la abierta obstaculización para los ascensos femeninos, la ausencia de modelos femeninos de liderazgo, el hostigamiento laboral, el acoso sexual y laboral, entre otras.

REL: Pero por qué una empresa debería mejorar la equidad, si la empresa lo que busca es generar rentabilidad.

MP: Precisamente por eso también. La presencia de mujeres mejora la cultura organizacional y está demostrado que las empresas equitativas tienen menos riesgo de quiebra.

En efecto, se han realizado diferentes estudios con las compañías del ranking de Fortune 500, descubriéndose que las compañías con mujeres en puestos de gerencia, tuvieron un resultado óptimo con relación a las que no, además de alcanzar un alto rendimiento sobre el capital y un rendimiento aún más alto con los inversionistas. “No podemos esperar 200 años”, concluye Mía Perdomo. “Esta tarea es para ayer”.

DATOS DE INTERÉS

«Hay un esfuerzo multisectorial del Estado peruano por promover la igualdad de género para asegurar las mismas oportunidades, derechos y deberes entre hombres y mujeres. El objetivo es erradicar las brechas, prejuicios e imaginarios basados en diferencias de género que naturalizan la injusticia, la inequidad, la discriminación y terminan validando la violencia». (Aída Mendieta, Ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables)

“Entendemos que podemos poner el tema de las mujeres en la agenda de la familia, de las asociaciones civiles, de las empresas y de los gobiernos. En el Perú y el mundo las mujeres no tienen las mismas oportunidades que los hombres. Hay una diferencia injusta. Es un enorme potencial económico, social y político que perdemos al no ser justos e igualar las oportunidades de desarrollo de hombres y mujeres”. (Frida Delgado Nachtigall, vicepresidenta del Grupo RPP).

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