EL AMOR ESTÁ EN EL AIRE


Muy bonita la escultura ‘Cupido’, del artista Marcelo Wong (Lima, 1978), en el nuevo puente “mellizo” Villena Rey, de Miraflores, salvo por un pequeño gran detalle: ¡la escultura no tiene espalda! Es decir, tiene frente pero no revés. Me explico: los que van de norte a sur pueden apreciar claramente sus líneas dóciles y rechonchas, que configuran un personaje lanzando una flecha hacia el horizonte. Bonita alegoría para los que todavía creen en el amor. Pero los que van en sentido contrario, de sur a norte, se encuentran con una masa amorfa e incomprensible.

Pareciera que la escultura habría sido concebida para mostrarse sólo de frente, en tanto por ese lado tiene rostro, extremidades, tronco y hasta ombligo. Por el lomo, en cambio, a la susodicha obra no le han hecho alas ni trazado la hendidura interglútea, más conocida como la raya del poto, que al menos hubiera servido al despistado espectador para ubicar el centro del cuerpo por la espalda.

Una escultura en un espacio abierto, más aún si se trata de un óvalo, debería estar concebida o adaptada para apreciarse desde todo punto de vista.

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