Sandra Cannock: FINA ESTAMPA


SANDRA CANNOCK EMPEZÓ HACIENDO fotos de caballos de paso en las caballerizas de la hacienda Mamacona y de otras casas-hacienda de Pachacamac. Pero su afición/obsesión por retratar caballos la ha llevado también a Europa y al norte del África, donde ha tenido oportunidad de fotografiar otras razas. Cannock no solo retrata a las bestias en sus establos y en las zonas abiertas de las haciendas, sino que, a la manera de los maestros de la fotografía peruana del siglo XIX, utiliza la técnica del estudio.

“¿Cómo lo hace? En un recodo tranquilo de la finca, implementa su espacio de trabajo, desplegando grandes telones de fondo y acomodando luces frontales, de relleno y de fondo”

¿Cómo lo hace? En un recodo tranquilo de la finca, implementa su espacio de trabajo, desplegando grandes telones de fondo y acomodando luces frontales, de relleno y de fondo. Luego, con la ayuda de dos asistentes, uno de iluminación y otro que apacigüe al caballo, empieza a disparar sus fotos. “Para mí la cámara fotográfica es como un pincel”, dice la fotógrafa. ¿El resultado? La luz de los flashes se fusiona con la luz natural, haciendo que la consistente figura resalte sobre el fondo abstracto y el animal luzca su imponente volumen muscular y elegante estampa. Es difícil fotografiar caballos, pero se aprende■

Estudio fotográfico en un rincón del rancho. El asistente, que mantiene tranquilo al caballo, es pieza fundamental del equipo.
Cannock considera la cámara fotográfica como un pincel capaz de retratar la nobleza del animal a través de sus formas y volúmenes.
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