La casa Suárez (de la familia Suárez-Hudtwalker), famosa porque su recargada fachada de estilo gótico es una réplica a escala de Palacio de Gobierno, no será demolida como algunos pensaron inicialmente por la presencia de camiones y obreros. Más bien está siendo restaurada. Felizmente en el año 2007 el INC la declaró patrimonio nacional, motivo por el cual no puede ser demolida para, en su lugar, por ejemplo, construir un grifo, un centro comercial o una ratonera, perdón, un confortable edificio de departamentos. La leyenda urbana cuenta que en los años cuarenta un millonario excéntrico mandó construir su propio palacete de 1,300 m2, ante la imposibilidad de ver cumplidos sus sueños de llegar a ser presidente del Perú. Se lo encargó al mismísimo Ricardo de Jaxa Malachowski, el arquitecto polaco que años antes había proyectado Palacio de Gobierno, con una directiva tan singular como contundente y precisa. “Yo quiero uno igual”.
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