Libertad para crear y atención al detalle. Las claves de Mari Cooper que transformaron los viejos ambientes de esta casa, en espacios modernos, funcionales y sofisticados.
Esta residencia, ubicada en la urbanización La Pradera, en el distrito de La Molina, fue remodelada íntegramente por la Oficina de Diseño y Decoración de Mari Cooper, sobre la base de una casa clásica, sin muchas luces, con techo bajo y a dos aguas. La propuesta del estudio de Cooper contempló otorgar altura al área social, logrando un espacio lineal e imponente, y modernizar el conjunto de ambientes con funcionalidad y elegancia. Para lograr ese objetivo, se trabajó desde cero, demoliendo la estructura existente para luego rediseñar el espacio usando paredes de concreto expuesto y pisos de madera shihuahuaco, que dieron el toque de calidez y modernidad. La terraza comparte la misma doble altura que la sala y el comedor, lo que permite la integración de los ambientes en una espléndida área social. En la decoración se usaron tonos neutros con acentos de color en cojines y elementos decorativos, configurando una propuesta equilibrada y refinada.