CARTAS DEL EDITOR


PUBLICIDAD EXTERIOR: HECHA LA LEY, HECHA LA TRAMPA

Ahora a cualquier hijo de vecino se le ocurre alquilar su patio a una empresa de paneles publicitarios y, juntos, te arruinan la vida.  Es la forma descarada que algunas de estas empresas han encontrado para sacarle la vuelta a ley.  Como está prohibido instalar sus murales de fierro en la vía pública, las empresas se están confabulando con vecinos igualmente inescrupulosos para que les alquilen el jardín interior, el techo o el retiro de sus viviendas. Y allí, dentro de una propiedad privada, plantan sus inmensos armatostes sin poder ser fiscalizados por las autoridades. ¿Tiene derecho un vecino a hacer lo que le da la gana dentro de las cuatro paredes de su casa? ¿Tienen derecho una empresa a atentar contra el ornato y el medio ambiente, y a jorobarle la vida a la gente con tanta impunidad? En un país civilizado, las respuestas a estas preguntas serían NO.

ADIOS A LOS GATOS

Por fin la Municipalidad de Miraflores “se puso los pantalones” y retiró pacíficamente a la comunidad de gatos que, cual invasores de cuenca de río seco, se habían apropiado del parque Kennedy. Eran unos cien mininos que sobrevivían gracias a la caridad de una asociación de amantes de los animales, que los alimentaba diariamente y les brindaba asistencia sanitaria.  El problema es que su presencia en el parque impedía la realización de otras actividades de disfrute común, como el paseo de ancianos y los juegos de niños.  Ya ni los enamorados podían retozar libremente en los jardines, mismo Parque de la Reserva, por temor a que un felino les caiga desde un árbol. Además, valgan verdades, el lugar olía a pichi.  En todo caso, ese parque no era el más idóneo para albergar a una comunidad felina, pues, además de los riesgos de ataques y enfermedades a los que estaban expuestos tanto humanos como animales, era prácticamente imposible mantener un estricto control sanitario en un espacio abierto y con una población itinerante.

ALMACENES REPUBLICANOS

Es una lástima que muchos edificios del centro histórico y de otros distritos tradicionales de Lima, como Barrios Altos, no sean declarados Patrimonio de la Nación. Al no haber ninguna legislación que los proteja, son feamente alterados cuando no destruidos con total impunidad por sus mismísimos propietarios. ¿Qué los mueve a perpetrar semejantes estropicios arquitectónicos con las viejas casonas republicanas? Pues convertirlas en depósitos de mercadería del Mercado Central, de las galerías comerciales, imprentas y ambulantes de la zona. Para que los camiones llenos de abarrotes o los carritos sangucheros puedan ingresar en el interior de los antiguos inmuebles, hacen boquetes y construyen grandes puertas de garaje. Las fachadas, en tanto, quedan terriblemente desfiguradas. Ni qué decir de los interiores, que son “remodelados” para albergar los abarrotes cual improvisados depósitos industriales.

FERIA DE RECUERDOS

El día que perdamos la vieja costumbre de salir a caminar por puro placer, habrá empezado nuestra involución como especie (si es que no empezó yá por otros motivos). Caminar, deambular, vagabundear, brujulear, callejear o vitrinear sin un objetivo concreto a la vista, es la demostración de que todavía tenemos tiempo para nosotros mismos. Y eso, en épocas en que hay gente con mucho dinero, pero sin tiempo para tomarse un café con un amigo un día de semana, no tiene precio. Esta divagación viene a cuenta de la feria de antigüedades San Miguel Arcángel, que tiene lugar todos los sábados y domingos en las cuadras uno, dos y tres de la calle Alfonso Ugarte, en Miraflores. Es un pequeño placer adentrarse en esta suerte de bulevar de la nostalgia y encontrarse allí, entre los muebles, adornos, artefactos y demás chucherías propias de un lugar así, con algunas cosas que fueron parte de nuestras vidas y creíamos haber olvidado, como aquella máquina de coser Singer, a pedal, con mesita desplegable y cajones a ambos lados.

EL ATAQUE A LA HORMIGA GIGANTE

La escultura de una hormiga tan grande como un bus del Metropolitano hacía más amable y entretenido el entorno de un parquecito de la Bajada de Baños, en Barranco. Superando temores infantiles, algunos hasta se tomaban fotos y las colgaban en Facebook. El simpático bicho, armado con triplay de cajas de frutas, representa a las hormigas cortadoras de hojas (Acromyrmex octospinosus) que pueblan nuestra Amazonía y era parte de una intervención urbana realizada por ‘Amazonía aquí’, un colectivo de organizaciones ambientales que busca concientizar sobre la importancia de cuidar la selva peruana. El hecho es que, recientemente, durante una noche de juerga, unos vándalos le prendieron fuego y la echaron a perder. Se espera que esa no sea la respuesta generalizada de los pobladores de la costa frente al llamado de la selva y el clamor por su protección.

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